Quería ser la cuarta de las superpoderosas, pero era tan cobarde como coraje
Intentaba dominar el mundo como cerebro, pero en realidad mi mundo solo media los 100 metros de mi casa Así que supongo que terminaba siendo tan torpe como pinky y tal vez esa torpeza me llevaba a volverme tan loca como los animaniacs y creerme enamorada de Orfeo al escuchar sus melodías
Nunca he amado y odiado tanto algo como la cola de jaimico y mi mayor utopía era ver la cara de los papas de vaca y pollito
Fui creciendo y los fui dejando, ya la hora no era tan interesante en el reloj de la barbie, ya mi fuerza no provenía de un “cameja”, ya los colores conmigo no iban más, creí que ellos no me podían representar y que los dibujos aburridos no volvería a tocar
Y no, no fue eso lo que cambio, porque el chavo de su barril aun no se mudó, pero mi visión sobre la vida si se nublo, me hundí en un mundo de blanco y negro, creí que los horarios todo tendrían bajo control, hasta que el café corriendo y los pocos amigos todo estallo y ya no estaba Tommy para curarme este dolor.